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Cielo con arcoiris

______________El ojal de los recuerdos______________

Si todos los recuerdos convergieran en un punto, ahí estaría también todo el conocimiento, los secretos y las recetas más deliciosas, ahí estarían todos los misterios, el sentido de la vida, el único y más grande Gran Misterio, el origen de todas las cosas.

 

Si todos los recuerdos estuvieran así sincronizados para tocarse en un punto, reunidos, estarían ahí juntas todas las lenguas, todas las guerras y las bellezas y si yo pudiera ver ese punto, cómo podría elegir si todas las puertas se abrieran a través de un punto en el que todas las puertas abiertas están ahí para mí; una revelación inimaginable que no tiene explicación, no podría.

 

Mi cuerpo inmóvil, en trance total, ni tenso, ni flácido, como un canal mediador que recibe y siente por los ojos y por los poros, atravesado por ondas que fluyen por el cosmos, también en líneas transversales y paralelas pero que se tocan todas en un punto y que si me muevo se movería conmigo, pero no, preferiría no moverme para no perderme de nada; en tonces estoy quieto, no me muevo, esa imagen de lo que sería si ese punto existiera permanece también fija en mi imaginación acerca de lo que sería la existencia de un punto en el que convergen todos los recuerdos.

 

La posición, me cuesta trabajo imaginar, estaría flotando mi cuerpo en un espacio de resplandor indescriptible, cómo describir lo inexplicable, estarían todos los colores, los colores vistos desde el origen por todos los entes videntes, con ojos o con uno solo, habría figuras tornasoladas cambiando su geometría como un caleidoscopio y estaría ahí girando en mi eje justo en ese punto. Y como ahí estaría también la velocidad, la luz sería el índice de velocidad, algo vertiginoso, extático, iría así, un corazón, el mío, latiendo a la velocidad de la luz y sería imposible no sentir toda la alegría del mundo y si pudiera elegir, elegiría parar justo en ese instante, antes de llegar a la sombra; sí, ese punto existe, no sé como se llama, pero yo una vez lo hice.

_____________________ PRESENTACIÓN______________________

 

El producto que El Indi ha de devolverle al mundo después de vivirlo durante un año, a través de la literatura, es un conjunto de narrativa y ensayo con aderezos de poesía y aforismos, para no perder el ritmo y la forma acostumbrada en el planeta del indi, resultado de una dinámica bohemia e impredecible. La tercera presentación de Indiloka, es reflejo de un año de viaje y de trabajo a través de los méxicos del sureste, centro y suroeste, por lugares ricos e inspiradores. Es lo que surge en un ir y venir desde la cama de una casita en Milpa Alta a Xalapa y de regreso, de las noches de lluvia que inundan las chinampas y así también las casas mal hechas que inevitablemente sufren la invasión del agua que entra debajo del suelo y entre las paredes. Del viaje por carretera, de los aventones, de esas crónicas y esas las historias aquí deformadas, así como por los personajes que alimentan cada idea y cada historia que aparecen y desaparecen junto con los protagonistas de los relatos y de las películas y los libros que también hacen posible este andar con su compañía en mente para trazar a lo largo de un año los contenidos que edito en este volumen para ofrecerles sin más pretensiones, momentos de placer improductivo que en el mejor de los casos los hará pensar en algo, los hará reír de algo, los hará pensar en lo peor, pero sin ninguna pretensión más que la de que mi necesidad expresiva sea el relleno de una monotonía ausente, de una rutina dislocada, del ocio inútil.

El Indi Julio 2012

Reedición Diciembre 2013

El genio de la especie en portada de Indiloka Vol. 3
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